jueves, 14 de enero de 2016















El IDEAL DEL ESTEPARIO

Libertad plena, sin ataduras, trabajar y hacer lo que le gusta, sin vinculación alguna o atadura a las personas que la rodean. Paseando por las calles, tomando lo que les gusta y desechando lo que ya, no, profundas lecturas, música, cine, televisión, juegos e Internet. Criticando al observar, todos están mal, menos él. 

Autosuficiente, para el manejo de su actividad laboral, de su vivienda y comida, disfrutar de tirarse un pedo mientras come, sin que nadie reclame, salir por las noches a satisfacer su deseo carnal, con quien encuentre, si le gusta la o lo visitará, algunos meses, cuando se enfade, sin decir nada desaparecerá.

Largas charlas con los cuates, que se va encontrando en su andar, cuates de unas noches, días o meses, nada más, solo para reírse de lo es tupidos que están. El tiempo avanza, el estepario, sigue libre, sin ataduras, viviendo solo, sin presiones, hace su ritual de cada mañana, su ritual laboral, su ritual de la comida y cena.

Una fiebre inesperada, debilidad total corporal, sin poder alcanzar agua, menos medicamento, solo espera en la cama a que su cuerpo de manera natural ataque la infección. Mientras eso pasa, solo escucha como por la mañana sus vecinos se pelean, los niños juguetean, por las noches los niños están en silencio y los vecinos se piden perdón y se juran amor eterno, con el va y ven del rechinado de la cama.

Sale el sol, el estepario, comienza sus rituales de cada día, pero ahora en ves de durar treinta minutos en realizarlos, dura tres horas en cada uno. Sin poder trabajar, ya, pasea despacio por la ciudad. Observa abuelos platicando, niños a su alrededor jugando, padres e hijos van y vienen, algo se le cae, le cuesta trabajo, pero nadie se detiene ayudarle.

Ve una pareja patética, ambos con cabello blanco, van sonriendo ridículamente, él en silla de ruedas, ella por un lado tomándolo de la mano, y un hombre joven guiando la silla, a su lado una mujer lo va tomando del brazo.

Una joven pareja, beso y beso, ilusos, no saben que mañana sufrirán...

Sale el sol, el estepario, está en la cama, sin poder moverse, llega un familiar lejano, que lo atiende, lo deja frente a la ventana en su silla de ruedas, el familiar con trabajos le hace formar documentos, con gran sonrisa se despide.

Pasan los días y el, sigue ahí frente a la ventana, sucio, con hambre y sed, en espera de ese familiar para que lo ayude.

Criticaba el matrimonio, la familia, la amistad, amor ridículo con compromiso, la monotonía. Vivió su ideal de la libertad con orgías aquí y allá, hoy no se sabe quién reclamará su cuerpo, algún amigo, no, mucho menos un hijo. 


RBD



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