Revueltas

Mi ojo izquierdo mira a la derecha
el derecho a la izquierda
mi nariz en la frente respira
la barbilla se perfila en la mejilla
derecha y en la izquierda mis boca
canta, la revolución de la cabeza.

La imagen del espejo distorsionada
ella ya no está, ya no es ella,
el laberinto de los espejos, pérdida, 
pérdida esta ella, lagrimas de cristal
camina por los diversos caminos, ésta,
¿dónde? por dónde debe caminar.

Recuperar su perfilada belleza
su alegría espontánea
como niña divertida en la feria
entrando al laberinto y reír con las figuras
distorsionadas de los espejos y reía
disfrutaba cada espejo, gestos y caras.

Caras chistosas que la hacían feliz
ahora de cristal cortado las lágrimas
entre los espejos corre desesperada
sin encontrar el final,  la salida, su cara
sólo ve figuras,  caras, distorsionadas
¿quién es esa mujer,  quién es ella?

Ella fue la niña risueña, juguetona
fue la adolescente rebelde y llorona
la joven sensible,  loca y gritona.
La que tacharon de ridícula
ir caminar cantado,  por bailar
en las banquetas transitadas.

Ella fue la mujer enamorada
la brillante,  que llenaba de alegría
las salas aburridas de las bibliotecas
la que sacaba sonrisas
durante las tritezas
la que el corazón daba.

Hoy la mujer se esconde en la feria
dentro del laberinto de espejos, caras,
revueltas,  palabras ilógicas
perdió el corazón frágil de cristal
el amor perdido,  busca,  busca,
para encontrar su belleza perfilada.

¡Auxilio!  ¡quiero salir! ¡ayuda, ayuda!
El ogro no se irá de la puerta
envidioso,  tus palabras monstruosas
impiden que me rescate la claridad
la verdad,  devuelve mi cara
que el amor me rescate,  dejad.

Dejad de hablarme dejad,
de buscarme,  revuelta,
mi alma bajo tu tortura
de amor disfrazada
ya no quiero ser la muñeca
dejarme encontrar la salida.

Vete, ogro de la puerta
que la feria ya ni es divertida
creció la niña,  jovencita
se acabo,  ¡basta, basta ya!
la mujer quiere salir,  ¡quita!
tus manos de la cerradura.

¡Auxilio, basta de palabras
de amor monstruosas,  falsas,
cobarde,  ya vete,  lástima,
no me tengas; ¡basta, basta!
de juegos e intenciones revoltosas
dejad ya, libre la salida,  ¡ya!

R. B. D
Mar Viento
Rosa Barrera