sábado, 8 de mayo de 2010

SOLamente una vez...

SOLAMENTE UNA VEZ...

Aqui vamos caminando paso tras paso, dirigiendonos a varis partes, cada uno tomando un camino, una forma, un estilo, una vida.

Unos lo dedicamos a lo cotidiano, otros a los riesgos y otros  a las aventuras sin riesgo. Pero algunos dejamos que la casualidad nos guie; a ¿dònde? no lo sabemos, lo unico que se sabe es que nos dejamos llevar por el experimento. El resultado lo gozamos o lo sufrimos.

Yo me encontre frente a la posibilidad en una de esas caminatas cotidianas; un empujon, una disculpa, una sonrisa penosa y una contestaciòn justamente digustada y mal humor. Pues me choca que la gente por querer llegar a tiempo empuja sin ningùn cuidado a los que vamos a tiempo a nuestra respectiva labor del dìa.

Llega la tarde, un regreso comùn despues del incidente de la mañana, pero la casualidad hizo de las suyas y ahora yo fuì la del error, por ir observando una mariposa azul turqueza tornasoleada que volava entre la gente de la ciudad.

Una hermosa mariposa  que con sus alas brillantes al sol anunciaba la libertad, sin embargo estaba perdida, buscaba su orizonte, su camino, su hogar y esta claro que una mariposa en la ciudad no sobrevive.

Una disculpa molesta de mi parte, pero en el fondo la malestia era hacia mì, pero lo exprese hacia la otra persona asi que aguante el reclamo hacia mi torpesa y mal humor junto con una sacudida de brazo muy brusca, pero mientras èl me gritaba y sacudìa yo solo veìa la mariposa que seguia volando y se perdìa entre la gente y el humo contaminante.

Despues lo mire, forcegie para soltar mi brazo y ya serìa y apenada  volvì a pedir disculpa, sobe mi brazo, pues me dolio y valla que me dolio me dejo la mano marcada, èl solo me pidio una disculpa por el moreton y una sonrisa de mi fria cara y me perdonarìa por haber vaciado mi jugo de uva en su camisa.

Tome por completo conciencia y vi su camisa manchada de morado no solo sonreì ; si no que salio la carcajada màs grande que jamàs me imagine que saliera de mi rigida garganta. El apenado y molesto decidio sonreir conmigo y me perdono por mi risa contagiosa y yo di un gracias sonrojado.

Llegue a mi casa con una sonrisa en mi rostro, limpie mi falda del jugo de uva que callo sobre mi tambien y depronto me encontre con mi irada en el infinito recordando la mariposa azul esperando que halla encontrado su lugar su camino.

¿Solamente una vez pasa en la vida? Encontrar tu verdaero camino...










1 comentario:

  1. Te quedastes con su teléfono? Nunca se sabe si la mariposa te indicaba otro posible a ti.

    Besos

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